Mil libros que leer antes de morir. Capítulo XXVII: El Cantar de los Nibelungos.

 Mil libros que leer antes de morir

El Cantar de los Nibelungos

“Con la espada de su padre – llamada Balmung

“El hombre temerario ganó a ellos – el tesoro y el país de los Nibelungos…”

III Aventura. Cómo Siegfried llegó a Worms / El Cantar de los Nibelungos

Probablemente el personaje más conocido de esta epopeya germana sea Siegfried o Sígfrido, en versiones castellanizadas. Aquel valiente caballero (o espada, como les nombran a los guerreros en esta obra) que habiéndose bañado en la sangre de un dragón excepto por una parte de su espalda, justo detrás del corazón, adquirió una fuerza e invulnerabilidad excepcionales. Y pues el Cantar de los Nibelungos versa sobre las hazañas de este Aquiles germánico, ¿cierto?

Pues no precisamente…

¿Qué tal si te contara (entre otras cosas) que el verdadero protagonista no es realmente Siegfried, quien casi a la mitad de la narración es asesinado? ¿Y si los verdaderos protagonistas de esta obra fueran aquellos que lo traicionaron, así como su doliente viuda, Kriemhild?

Seguramente pensarías que estoy exagerando o quizás, a riesgo de sonar pretencioso, diría que JAMÁS has leído esta magnífica obra literaria. Pues reafirmando dicha pretensión, la verdad es que sí… Muy probablemente tendría razón. Lo siento, pero es cierto; pero antes de decir “a que tipo más pedante”, permíteme mi querido y apreciable lector introducirte en un mundo épico lleno de fantasías, intrigas, traiciones, intensas luchas por el honor, la gloria y la riqueza, recopiladas en una obra que dio una férrea identidad cultural propia al actual pueblo alemán y más aún, diría que al actual pueblo germanoparlante.

De autor anónimo y conformado por treinta y nueve capítulos denominados “aventuras”, el Cantar de los Nibelungos recopila varias leyendas y mitos de la antigua tradición germánica, así como de la Europa antigua prerromana, pero influida también por las leyendas de criaturas míticas féericas de los antiguos celtas y hasta de la misma tradición griega. Es una suerte de potpourri de las tradiciones de esa Europa “actualizado” a los tiempos feudales de las grandes epopeyas caballerescas. Digo actualizado ente comillas ya que la narración se vale de términos y de la descripción de eventos bélicos y lúdicos propios del Medioevo, como las justas.

El honor y la defensa de la valentía del caballero están siempre presentes en esta obra colosal de la literatura germánica. No es para menos asumir que ella supuso un timbre de honor distintivo que dio identidad a los germanos antiguos y modernos, pues recopila muchas de las ya mencionadas tradiciones y leyendas antiguas, las mezcla y el resultado, irónicamente, viene a trocarse en harto original: una epopeya como ninguna otra.

Los protagonistas, comenzando por Siegfried, te atrapan a la primera. Este “valiente espada” cuyas hazañas y proezas podrían compararse con aquellas realizadas por otros héroes antiguos de diferentes entornos culturales, como Heracles o Aquiles, se vuelve un personaje sumamente entrañable, con un alto sentido del deber para con su pueblo, que no es el germánico precisamente ya que nació en lo que hoy son los Países Bajos (es decir, ¡era neerlandés y no alemán!), así como una lealtad inquebrantable hacia sus amigos, aun sin estos merecerlo.

Kriemhild, su enamorada, torna su aura alegre y apasionada en oscura pasión vengativa, al pensar en el dolor que le causa la muerte de su amado, a manos del deleznable y trapacero Hagen y la comitiva con quienes urdió el plan para asesinar al héroe cobardemente. Y pese a la vileza de su acto, Hagen no sólo reconoce la bajeza del mismo, pero reconoce la valentía del héroe caído en desgracia, siendo tanto el como su comparsa reconocidos como “valientes espadas”, dando entender que, a su parecer, era necesario acabar con la vida de un héroe en extremo poderoso como Siegfried.

Así, Kriemhild termina por convertirse tras acto tan terrible en una versión germánica de Lady MacBeth, con un odio enconado por el asesino de su anterior esposo, tras aceptar casarse con el Rey Etzel. ¿Qué quién es Etzel? Ni más ni menos que el legendario Atila, el azote de Dios, el rey de los hunos, esa horda bárbara que asolara a la antigua Europa por algún tiempo.

Balmung, a semejanza de su contraparte británica Excalibur, es la poderosa arma mítica que blandía el valiente Siegfried, con la que abatió incontables enemigos. Sin olvidar su capa mágica de invisibilidad… ¿Suena familiar?

Si quieres saber más sobre los pormenores y detalles de esta historia, te recomiendo que la leas y te sumerjas en ese mágico mundo que con sus intrigas y desarrollo de tramas se asemeja más a nuestro mundo real de lo que te imaginarías. ¿Cómo? Te daré algunos ejemplos sin entrar en demasiados detalles, para no hacer “spoiler”.

Veamos.

Sueños premonitorios, como el que Kriemhild tuvo antes del fatídico destino de su valiente esposo. Criaturas fantásticas como las ondinas, una especie de sirenas de agua dulce, que presagiaban al traidor Hagen y a sus compañeros el destino que les aguardaba si visitaban al rey Etzel en el país de los hunos, donde residía su nueva esposa, Kriemhild. Destaca aquí el hecho de que pese a saber (o de menos sospechar) el destino que les aguardaba aun antes de que este fuese predicho por estas míticas criaturas, no se echan para atrás, sino que siguen adelante en esa ardua travesía con un final esperado y a la vez inesperado. Cualquiera pensaría a la luz del panorama moderno tan carente en valores firmes que, con todo y que Hagen se sabía un homicida y un hombre sin escrúpulos, este se rehusaría a partir a ese fatal destino, ¡pero no!

No añadiré más en torno a la reflexión que comparto contigo sobre la trama de esta maravillosa obra, pues mi intención es más que nada moverte a curiosidad para que la conozcas y sobre todo, la leas y la disfrutes. Por ello, sólo diré lo siguiente.

Sin una antología mítica, mágica e histórica como esta, hoy no tendríamos obras de fantasía de la talla de “El Señor de los Anillos”, “Harry Potter”, “Juego de Tronos”, o incluso otros medios impresos como las tiras cómicas de “Conan el Bárbaro” o “El Príncipe Valiente”; juegos de rol y caricaturas con las que algunos crecimos como “Calabozos y Dragones”, hasta medios digitales presentes en videojuegos famosos como “Zelda” o “Golden Axe”, ¡e incluso en tiras cómicas occidentales y orientales, como “Thor” de Marvel Cómics o “Los Caballeros del Zodiaco”! Todas y cada una de ellas en algún momento se han imbuido del carácter épico descrito en esta fantástica (sin afán de hacer un chiste aquí) obra, la que a su vez se empapó de las tradiciones orales a lo largo y ancho de la antigua Europa “bárbara” de los celtas, germanos y vikingos, carente de un lenguaje escrito al menos hasta la conquista romana. Todas ellas le deben algo a esta titánica epopeya.

Paradójicamente, todas ellas han tomado como referencia esta épica “original” volcándose en sí mismas en un producto “original” a su vez. Por ello, si tu gusto literario apunta principalmente hacia el género de la fantasía, “El Cantar de los Nibelungos” es a donde primero debes dirigirte, pues leyéndolo entenderás de donde salió esos otros mundos de fantasía, qué los inspiró.

Y es que son precisamente las pasiones humanas, ¡demasiado humanas! Como el miedo, la traición, la valentía a pesar de los innumerables obstáculos y adversidades presentes durante el desarrollo de la trama los que nos atrapan como lectores, como espectadores: y son atrayentes precisamente porque son reflejo de nuestra realidad. Sí, obviamente el elemento fantástico está presente de manera continua, pero los retos, la evolución de los mismos pero sobre todo, la intervención de los personajes cuyo motor de avance es predominantemente humano, lleno de fallas y virtudes como los de cualquier otra persona, lo que hace llamativas estas historias; más que cualquier otra serie o telenovela que algún medio digital pudiera presentarnos…



De acuerdo, de acuerdo, procuraré no ponerme pretencioso exaltando lo maravilloso y superior que es la lectura como estimulante de la imaginación e inspiración en la vida, pero ¡hey! ESA es precisamente la intención de este ensayo que me permito compartir contigo, querido lector.

En definitiva, esta es una obra épica, la cuna del género fantástico que va más allá de la fantasía, como reflejo de nuestras propias vidas, dando razón al ya muy gastado pero cierto dicho de “cuando la realidad supera a la ficción”.

Tchao !


Tonatiuh

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