1000 libros que leer antes de morir. Capítulo IV: La Peste, de Albert Camus.

Hay temporadas en la vida de un lector en las que, independientemente de su ideología personal o creencias, está ávido de leer nuevas propuestas, de descubrir nuevos horizontes literarios, recorriendo página tras página, con la intención de conocer, de comprender aún mejor la riqueza y variedad del pensamiento humano, siempre en constante evolución con el pasar de los tiempos.

Semejante reflexión me vino a la mente el día que tuve en mis manos la novela "La Peste", del filósofo y escritor francés de origen argelino, Albert Camus. Y es que se trata de una de esas novelas que te tienen atrapado en la trama. Empieza, al igual que la vida, de forma bastante ordinaria.

"El modo más cómodo de conocer una ciudad es averiguar cómo se trabaja en ella, cómo se ama y como se muere."

Cada quien inmerso en sus propios asuntos, hasta que se desata una serie de acontecimientos que derivan en la inevitable tragedia de una epidemia de peste en el pueblecito argelino de Orán, con un inicio de lo más (aparentemente) insignificante: la muerte de una rata.

La trama de la novela gira en torno a una variedad de personajes a cual más dispares, comenzando por el principal, el Doctor Bernard Rieux, quien pese a su concepción ateísta de la vida, no dejaba de entrever un leve atisbo de esperanza, no sólo en sus acciones, sino también en su forma de pensar.

"Lo que me interesa es que uno viva y muera por lo que ama."

Otro de los personajes interesantes en el desarrollo de la trama es, sin duda, el Padre Paneloux. En las antípodas del pensamiento del personaje central, el Padre Paneloux representa la concepción teísta del desarrollo no sólo de los eventos, sino también de la vida misma, pues el mismo cambia su concepto de los acontecimientos, a los que al principio juzga como una especie de castigo divino.

"Si hoy la peste os atañe a vosotros es que os ha llegado el momento de reflexionar"

Poco a poco, el propio Padre Paneloux va evolucionando su pensamiento (sin separarlo jamás de su creencia religiosa) al punto de confesar al Doctor Rieux que "esto subleva porque sobrepasa nuestra medida. Pero es posible que debamos amar lo que no podemos comprender," reflejado también en otra de sus frases: "los religiosos no tienen amigos. Lo tienen todo puesto en Dios."

Otro de los personajes interesantes, pese a tener una mención muy breve en la novela, es la madre del Doctor Rieux, por quien éste se preocupa constantemente. La calma evidente de la anciana se manifiesta en la contestación a su hijo, en uno de sus diálogos con este:
-¿Tienes miedo, madre?
-A mi edad ya no se temen mucho las cosas.

En varias ocasiones, Camus (quien no es el objeto principal de la presente reseña) ha sido confundido en su filosofía absurdista como parte del movimiento existencialista, ¡incluso, confundido con Sartre! Acaso no haya mejor forma de sintetizar dicha filosofía, si bien el presente análisis se concentra sólo en la novela La Peste, que en dos citas que a continuación reproduzco para ustedes y que se derivan de la misma:

"Uno se cansa de la piedad cuando la piedad es inútil."

"...Sabía que... esta crónica no puede ser el relato de la victoria definitiva. No puede ser más que el testimonio de lo que fue necesario hacer... Oyendo los gritos de alegría que subían de la ciudad, Rieux tenía presente que esta alegría está siempre amenazada."

Tonatiuh


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