Mil libros que leer antes de morir. Capítulo XXXVI: El primer hombre.

Mil libros que leer antes de morir.

Capítulo XXXVI, “El primer hombre”.

“Descubrir al fin para ser, sólo una vez para ser, por un solo segundo, pero para siempre.”

El primer hombre, Albert Camus

Acaso sea esta la frase que, en todo este libro, resuma mejor a manera de colofón, la prolífica vida literaria de su autor, Albert Camus, a quien sólo bastó unos instantes para dejar este mundo de los vivos en un fatídico accidente automovilístico en 1960, para trascender con su obra, para ser para siempre…

Me parece fascinante como los pequeños sucesos, rutinarios pero no irrelevantes, como el caminar por un bello pueblo mágico tomados de la mano, como nuestro andar cotidiano, conduce nuestros pies hacia un sitio a la intemperie en que se hallará el libro que, como obsequio amoroso, guarda en sus páginas una aventura más, un desvelar de secretos que te cautivará a cada vuelta de página.

Justamente, en una fresca mañana de finales de diciembre de 2022, fechas en que las fiestas navideñas y la horrenda pandemia del COVID estaban dando sus últimos suspiros, paseando por el mágico pueblo de Cadereyta, en el municipio homónimo de mi estado, Querétaro, mi novia y yo nos topamos con esta maravilla.

A manera de tradición personal, ella y yo habíamos sin querer inaugurado esta bella costumbre de pueblear a uno de esos mágicos rincones de nuestro país en el penúltimo día del año. Fue en ese día que, en simpáticos puestos en los que se vendían artesanías, cactáceas, suculentas, entre uno que otro souvenir, nos topamos con un puesto en particular que ponía a la venta una cantidad generosa de libros, entre los que descollaba a mi vista y mi mente este título: el primer hombre, de Albert Camus.

Ella lo vio, lo compró, me lo dedicó y me lo entregó tiernamente, conocedora de mi afición por la lectura y de mi predilección por los títulos de la autoría de este peculiar argelino, Camus, quien en su vida fascinante y variopinta más allá de su labor de creación literaria, bien podría ser un personaje en si mismo, protagonista de una de sus novelas.

Curioso este último comentario ya que, hasta donde yo entonces sabía, Camus no había escrito una autobiografía, pues eso es básicamente, lo que este libro es. Pero reducirlo sólo a eso no termina de hacerle justicia a este libro pues si bien es cierto que todo autor plasma algo de su alma, su pensamiento y su corazón en cada obra que entrega, “El primer hombre” es mucho más que eso: es el cierre no intencional (¿o acaso lo era?) de una carrera y una vida truncadas por un fatal y repentino accidente.

Pareciera que el propio Camus hubiese estado guardando esta novela como clausura, quizá epitafio, de su interesante trayectoria por las letras universales, pues un hombre de su estatura ya no pertenece a una cultura o idioma específicos, ni siquiera a si mismo: pertenece de ahí en adelante al género humano, como todos los grandes autores.

Sin entrar en detalles sobre la manera en que su obra fue publicada de manera póstuma, amén de los recovecos legales que hicieron falta por parte de su familia y conocidos para que la misma llegara a nuestras manos, más interesante me resulta la contribución que ha dado la misma, enriqueciendo aun más el legado de Camus.

ESE es el verdadero tesoro que constituye esta, digamos, última pieza del complicado rompecabezas de las obras que son tanto parte de su vida como su herencia.

Verdad es que, todo autor literario desea en el fondo dar a conocer un poco de sí mismo, de su alma y su pensamiento a través de obras que asemejan bastante a su vida, que son autobiografías, lo reconozcan o no: baste recordar otros ejemplos como Mario Vargas Llosa (otro favorito personal), con “La Tía Julia y el escribidor”. En ese sentido, Camus no es la excepción.

Pero donde Camus destaca de entre los demás es no sólo por la ejecución de una autobiografía como tal, sino también por la manera irónica, trágica, en que la misma llegó a ver la luz, pese a la indisponibilidad de su autor. Podemos llamarlo Dios, el destino, o la simple y llana casualidad, pero el caso es que no sólo el título sino el tiempo en que apareció la obra, parecían presagiar a manera de chiste de humor negro divino que la última publicación de este autor (quien no la vería en vida) se titularía… El primer hombre.

Irónico, ¿no es así?

Las vivencias de una comunidad de origen europeo que se niega a dejar de lado las costumbres de su patria vieja, plantados con una terquedad que raya en lo infantil en un yermo rincón del norte africano, los ires y venires de un joven talento que imagina a un padre ausente cuya vida fue segada por la guerra, y al que nunca aprendió realmente a extrañar, así como el potencial talento que ya germinaba en su ser y que fue descubierto por su maestro, quien lo inspirara a abrir sus alas más allá del liceo y de su nativa Argelia son algunos de los momentos fascinantes que fueron forjando, a sabiendas o no, el carácter y el genio de Camus.

Más que las obras que este hombre creó y de cuyo estilo quedé prendado desde el día en que pasé mis ojos por “La Peste”, primer libro que de él leí, me resultó atrayente la lectura de esta obra; no podía dejarla pasar, pues desde el título, ya intuía que no se trataba de otra novela más, sino de un viaje personal que el autor compartía con nosotros. A fin de cuentas, cada obra es eso: el compartir la intimidad del alma de un autor con el resto de la gente, de la humanidad, bien sea para dar a conocer un mensaje, o simplemente contar una historia, ¿por qué? Porque también tiene una voz, un talento verbal o no que se da en la imperiosa necesidad de compartir, aun sabiendo que se trata de un albur: habrá a quien le guste y habrá a quien no le guste.

Pero ¡qué rayos! Más allá del mensajero, lo que importa es el mensaje y si en el trayecto se hace presente y conocido por su particular voz el mensajero, ¿pues qué mejor? Aun cuando al mensajero poco le importe lo que los demás piensen de él: ese es un héroe en toda su figura, un héroe de letras.

 A ti, que nunca podrás leer este libro…


Tonatiuh

Santiago de Querétaro, Qro. México. Lunes 19 de agosto de 2024.

Bibliografía:

·         Albert Camus. El primer hombre. D. R. © Editores Mexicanos Unidos, S. A. Edición 2021.

 

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