1,000 libros que leer antes de morir. Capítulo XI: Pedro Páramo, de Juan Rulfo.

El pasado 7 de enero se cumplieron tres décadas de la partida de este mundo de uno de los titanes de nuestra literatura, nada más y nada menos que Juan Rulfo. 

Cada cultura, cada país y cada época tienen por lo menos uno o varios exponentes que representan, por decirlo coloquialmente, a su "barrio". Inglaterra tiene a Shakespeare, Francia a Molière, España a Cervantes, Irlanda a James Joyce, Estados Unidos a Ernest Hemingway y nuestro querido México (en la personal opinión de su servidor) tiene a Rulfo.

Fotógrafo, cineasta y literato, este increíble compatriota logró plasmar en las páginas de dos de sus novelas que se han convertido en clásicos de nuestra literatura, el fin de una era, la del México rural, el de los pueblos de arraigadas tradiciones, de gente que se conoce entre sí, de oscuros secretos, de supersticiones persistentes, de cacicazgos y machismo infinito, en fin... 

Sin ser su intención la de crear novela histórica y mucho menos la de dar un "mensaje" o "moraleja" como él mismo lo mencionó en numerosas entrevistas que se le hicieron en el pasado, lo fabuloso de la narrativa de Rulfo es que cuenta con habilidad magistral diferentes historias de diferentes personas con múltiples caracteres, todas envueltas en el sitio en que las mismas suceden, sitio mismo que se erige en si mismo como protagonista, como personaje principal de la novela también. 

"Hay que temerle a las novelas que se empeñan en darnos un mensaje. Toda obra que tiene un punto de vista humano nos comunica ese mensaje, que a fuerza de uso ha llegado a ser un vocablo enfadoso. Toda obra, repito, es el total de la vida de un hombre", dijo Rulfo en una entrevista que se le hizo en 1959. Aún cuando Pedro Páramo trata asuntos regionales, que atañen a la idiosincracia del México posrevolucionario, del México heredado de una revolución traicionada y vendida a la burguesía, la universalidad de sus temas es lo que vuelve a la novela un clásico imperecedero; y bien sabemos que los clásicos superan su tiempo, por ello es que lo son.

La búsqueda eterna e insatisfecha del padre, del cacique tirano que da nombre a esta obra y cuyas manos están manchadas por la sangre de la larga cadena de asesinatos y robos es sólo uno de los temas a reflexionar en Pedro Páramo, pero no el único; ni siquiera el más importante. Los ejes centrales aquí son las emociones humanas, tan vívidamente reflejadas en los personajes de Rulfo en su Pedro Páramo: el pueblo, en una sola palabra.

Comala, el lugar donde se desarrollan los hechos, se antoja un pueblo fantasma, poblado por las incontables ánimas que guardan una deuda con este hombre cruel, sociópata, que en su vida ha dejado tras de sí una estela de tragedias en constante reclamo por el destino que les ha tocado vivir.

"El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque éramos hijos de Pedro Páramo. Y lo más chistoso es que él nos llevó a bautizar. Con usted debe haber pasado lo mismo, ¿no?", comenta el arriero al joven que anda en busca de su padre, al inicio de la narración.

Un detalle que resalta en Pedro Páramo es el hecho de que las conversaciones del viajero con los habitantes del pueblo se visualizan harto más trágicas cuando vienen de boca de las mujeres. Con doña Eduviges, por ejemplo:
"-¿Qué es lo que pasa, doña Eduviges?
"-Es el caballo de Miguel Páramo, que galopa por el camino de la Media Luna.
"-¿Entonces vive alguien en la Media Luna?
"-No, allí no vive nadie.
"-¿Entonces?
"-Solamente es el caballo que va y viene. Ellos eran inseparables. Corre por todas partes buscándolo y siempre regresa a estas horas. Quizá el pobre no puede con su remordimiento. ¿Cómo hasta los animales se dan cuenta de cuando cometen un crimen, no?"

Susana, la "amada" de Pedro Páramo (a su manera), no se queda atrás en cuanto a tragedias se refiere, convirtiéndose en el epicentro de la tristeza tornada en rencor de Pedro; siempre lleva las de perder una mujer en una sociedad machista, incluso a manos de otras mujeres.
"-Dicen los que han estado allí que es el cuarto donde habita la mujer de Pedro Páramo, una pobrecita loca que le tiene miedo a la oscuridad. Y mire: ahora mismo se ha apagado la luz. ¿No será un mal suceso?
"-Tal vez haya muerto.Estaba muy enferma. Dicen que ya no conocía a la gente, y dizque hablaba sola. Buen castigo habrá soportado Pedro Páramo casándose con esa mujer.
"-Pobre del señor don Pedro.
"-No, Fausta. Él se lo merece. Eso y más."

Ese pesar vuelto rencor, Pedro lo vuelca en Comala; el pueblo, indiferente ante la tragedia personal de este hombre, celebra su feria, sigue el curso de su propia vida sin reparar en otra cosa.
"La Media Luna estaba sola, en silencio... Enterraron a Susana San Juan y pocos en Comala se enteraron. Allá había feria... Hasta acá llegaba la luz del pueblo, que parecía una aureola sobre el cielo gris. Porque fueron días grises, tristes para la Media Luna. Don Pedro no hablaba. No salía de su cuarto. Juró vengarse de Comala:
"-Me cruzaré de brazos y Comala se morirá de hambre.
"Y así lo hizo."

Los diálogos internos, así como las conversaciones sobre los sucesos entre los personajes que van poco a poco entretejiendo la trama de la vida de Pedro Páramo y de las consecuencias de sus actos en las vidas de la gente de Comala, verdaderos actores principales en este drama, atrapan al lector; la apertura de posibilidades diferentes de varios de los personajes no dejan de ser fascinantes, Al principio pareciera que todos los sucesos no son más que satélites consecuentes de la vida de este hombre, pero son realmente parte importante del entramado de esta obra maestra de la literatura mexicana, cada uno tan importante como el que le precede, pues sin ellos, no habría Pedro Páramo; y sin Comala, éste no existiría.

Sobra decir que es éste un libro que todo mexicano DEBE leer, DEBE conocer. Más aún si se tiene en cuenta que se trata de personas que viajan frecuentemente al extranjero, pues cuando se hace tal cosa, hay que tener en cuenta que se convierte uno en un pequeño embajador de la cultura, del país de que es originario y por ende, es menester conocer TAMBIÉN nuestra cultura y lógicamente en ello entra NUESTRA literatura: NUESTROS clásicos. Un "debo tener" importante en la biblioteca personal de todo mexicano. Un clásico altamente recomendable, sugerido.

"Hay aire y sol, hay nubes. Allá arriba un cielo azul y detrás de él tal vez haya canciones; tal vez mejores voces... Hay esperanza, en suma. Hay esperanza contra nosotros, contra nuestro pesar..."

Tonatiuh

Bibliografía:
-Pedro Páramo/El llano en llamas. Rulfo, Juan. Promexa Editores. México, 1979

Comentarios

Entradas populares