Arte quiteño del período colonial: XXIV aniversario del MAQRO
A la ceremonia asistieron, además de las autoridades del museo, el Excelentísimo Sr. Embajador de Ecuador en México, nación hermana con la que compartimos un vínculo no sólo diplomático, pero también racial, cultural e inclusive en la mayoría de los casos, religioso. No hay que olvidar que, como parte integrante de este continente y en especial de la gran familia latinoamericana, los ecuatorianos son mestizos, como nosotros sus hermanos mexicanos.
Así, su servidor (quien escribe estas líneas) tuvo el privilegio y el honor de asistir a tan magnífica exposición de un período predominantemente barroco de la expresión religiosa de nuestro hermano Ecuador, en el que se pudo constatar que son más las similitudes que nos hermanan como americanos, que las diferencias en distancia. Siendo América desde Alaska hasta la Tierra del Fuego territorio indígena, no es de extrañar que sean ellos mismos los principales artífices de tan maravillosas obras de arte, creatividad y profunda religiosidad que sólo pudo emanar de las fecundas mentes y prodigiosas manos de nuestros indígenas.
Desde las creaciones artesanales y artísticas de autores anónimos hasta las de autoría pertenecientes a Bernardo Rodríguez, Dionisio Alsedo Herrea, Manuel Samaniego, Nicolás Javier Goríbar y Miguel de Santiago entre otros, el período de elaboración de estas obras de arte abarca desde mediados del siglo XVII a inicios del siglo XIX. El sincretismo religioso se hace patente en estas piezas, como se ve en imágenes tan bellas como poderosas, tales como el Cristo del Árbol o la Virgen de Chiquinquirá.
Faltaría tiempo y líneas para describir con lujo de detalles la solemne belleza que estos objetos inspiran, resultando al mismo tiempo hermosos a la vista, de una practicidad cotidiana e incluso de inspiración a un profundo sentimiento devoto para los creyentes, por lo que cierro el presente artículo instando a que, quienes así lo deseen, asisten a esta maravillosa exposición temporal, disponible hasta el 2 de diciembre del presente año 2012. De igual forma, sirva el presente artículo para instar a las correspondientes autoridades civiles a difundir con mayor ahínco estos eventos, como este que se sitúa en un período y de una ciudad tan bella y barroca como Quito, que comparte en el marco también barroco de la Muy Noble y Leal Ciudad de Santiago de Querétaro, una hermandad no sólo histórica, pero también reconocidas ambas en las esferas internacionales como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Enhorabuena, por la magnífica exposición.
Saludos
Tonatiuh
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